Arjen Robben: larga vida a la celeridad de cristal

Tras algunas temporadas en la sombra y varias ofertas declinadas procedentes de distintos puntos de la geografía mundial, Arjen Robben colgó las botas el 25 de mayo de 2019, dejando de luto a los amantes de esta disciplina llamada fútbol. Su electricidad no permaneció inmutable ante el transcurso de los años y la chispa que le hizo ser uno de los extremos más dominantes del siglo se fue apagando poco a poco. Una carrera tremendamente exitosa, aunque con un historial de finales que nunca hizo justicia a la clarividencia de su fútbol.

En un mundo donde los extremos y el desborde están en peligro de extinción, el holandés dejó un vacío irreparable en el club muniqués y en el libro de estilo de un deporte donde la táctica se está imponiendo a la falta de futbolistas capaces de cambiar encuentros en un abrir y cerrar de ojos. Sin lugar a dudas, Arjen era uno de esos privilegiados castigando los espacios que dejaban los zagueros que tenía enfrente. La viva imagen de la verticalidad, el espejo perfecto para las escuelas del contraataque. Un dolor de cabeza permanente para equipos enfocados en los marcajes al hombre o en jugar con la línea adelantada. Alguien que dejó su firma en la mente de los espectadores, que aún siguen definiendo su especialidad -diagonal hacia dentro y disparo al palo largo-, como “la jugada de Robben”.

Fuente: Ricardo Calvente (Jugada Ensayada)

Su talento fue pulido en las categorías inferiores de su Groningen natal. Con el Método Coerver como estilo de entrenamiento pionero en el perfeccionamiento de las habilidades individuales y con Barend Beltman como entrenador del juvenil, comenzó el imparable crecimiento que le llevó hasta el PSV Eindhoven. El propio técnico dejó unas declaraciones para la posteridad que muestran la insaciabilidad y el compañerismo de un Arjen que pocas veces ha sido alabado por lo segundo.

«Recuerdo un partido en Enschede, jugado el 13 de mayo del 2000, donde al descanso Robben había anotado seis o siete goles y me dijo: ‘Entrenador, nunca he marcado diez’. Después de anotar el noveno, se marchó de un par de futbolistas y se dirigió hacia la portería, pero de repente, pasó a un jugador que casi nunca anotaba. En ese encuentro ejemplificó su carácter de futbolista de equipo. Cuando se acercó a la línea de banda le dije: ‘Ahora ve a por el décimo’. Y así lo hizo».

Barend Beltman.

Una vez fuera de la Eredivisie, su paso por Chelsea, Real Madrid y Bayern lo llevaron a adquirir el estatus de estrella mundial. Prueba de ello es una frase de Pep Guardiola, cuando coincidieron ambos en Múnich para fusionar dos estilos futbolísticos que parecían antagónicos: “Nuestros delanteros -Müller y Lewandowski- parecen tan buenos porque tenemos un especialista en el uno contra uno. Cuando Robben dribla a un oponente, toda la estructura defensiva del equipo rival se tambalea».

El “11” también triunfó a su manera formando parte de la última gran selección Oranje, donde sumó 96 internacionalidades, marcó 37 goles y lideró el fútbol neerlandés junto a otros ilustres de la década como Sneijder, Van Persie o Van der Vaart. Los tulipanes rozaron la gloria en el Mundial 2010 y para el recuerdo quedarán aquellas milagrosas paradas de Casillas a su ex compañero Arjen, en dos mano a mano durante el segundo periodo de la final disputada en Johannesburgo, que estuvo a punto de cambiar una de las finales más emocionantes de la historia del fútbol. El destino quiso que 1049 días después, Robben pudiese resarcirse de la imagen más negra de su carrera, marcando esta vez el gol definitivo cuando agonizaba el tiempo reglamentario, que impidió que la final de la Champions 2013, frente al Borussia Dortmund de Klopp, se marchase a la prórroga.

Toda su carrera profesional está plagada de éxitos, pero por encima de todas las camisetas que ha defendido, queda la del conjunto bávaro. Allí se encontró con grandes estrategas como Van Gaal, Heynckes en dos ocasiones, Guardiola, Ancelotti o Willy Sagnol, además de vencer a su mayor lastre: las constantes lesiones. Una vez descatalogado el apodo de futbolista de cristal, se convirtió con sus 99 tantos en el mayor goleador neerlandés de la historia de la Bundesliga y tan solo Ruud van Nistelrooy supera los 31 que ha anotado Robben en Champions. Un extremo incisivo como un bisturí de obsidiana, que si decide ejercer como técnico en un futuro, garantizará formar parte de la resistencia en el fútbol-control incesante de hoy en día.

Imagen principal: fcbayern.com

Por @mariaavial 

Pueden seguirnos en Twitter (@jugadaensayada_) | Instagram (jugadaensayada__).

Deja un comentario